EDAD ANTIGUA
Maracena es una población que cuenta con, al menos, 2000 años de Historia lo que remonta su origen a la época en que la Península Ibérica estaba bajo dominación romana. Tanto su nombre, de indudable origen latino según el lingüista e historiador Ramón Menéndez Pidal, como el hallazgo arqueológico ubicado en la actual Casería de Titos dentro del término municipal de Maracena atestiguan ese origen romano. Según Menéndez Pidal el nombre raíz de Maracena debió ser Maratius o Martius con lo que suponemos que su primer poseedor debió ser un ciudadano romano llamado así. Igualmente, en 1964, durante unas obras de arreglos en el tramo del Ferrocarril Granada-Bobadilla que transcurre por el término municipal de Maracena, se hallaron en la finca Casería Titos restos de lo que indudablemente había sido una construcción muy antigua. En la posterior excavación el arqueólogo Manuel Sotomayor encontró tégulas, molinos de mano, restos de un molino de aceite -curiosamente aun se fabrica aceite en esa zona-, ladrillos, restos cerámicos y, lo más importante, el pedestal de lo que debió ser un monumento consagrado a una divinidad romana. El profesor de la Universidad de Granada, Mauricio Pastor, estudió en profundidad la epigrafía de dicho pedestal y cuya traducción es la siguiente:
“Publio Cornelio Callico, Hijo de Publio, inscrito en la tribu quirina, duunviro de Ilurco, dedicó este monumento a la diosa Stata Mater con sus propios adornos. Lo costeó con su propio dinero y lo entregó como un presente”.
Según Pastor, esta inscripción es única en España y muy escasa en el orbe romano ya que se pueden contar con los dedos de una mano los monumentos votivos hallados dedicados a la diosa Stata Mater, diosa del hogar. El pedestal, datado entre los siglos I y II d.C., se puede ver en el Museo Arqueológico de Granada, en la Carrera del Darro.
EDAD MEDIA Y ÉPOCA MUSULMANA
No es hasta la Edad Media que encontramos referencias directas a nuestro municipio. Es en uno cantares de gesta árabes que narran lo que se denominó en el siglo IX como “Rebelión de los Muladíes”. Dicha revuelta se origina cerca de la actual Ronda, en Bobastro, encabezada por un musulmán de origen hispano, Omar ibn Hafsun. El califa, impotente ante las acciones bélicas de los hispanos convertidos al Islam, los muladíes, decide cambiar de estrategia y para ello pone al mando de su ejército a un caudillo árabe llamado Sawar ibn Hamdun al Muharibí. Según los cantares árabes de la época, Sawar era de Maracena ya que su quinto abuelo, Honaida, había llegado con su tribu desde Siria a nuestra población. Con esta aportación documental, recogida por autores muy posteriores como Francisco Javier Simonet o Reinhart Dozy, podemos deducir que la ocupación musulmana de Maracena data de los primeros momentos desde su llegada a la Península. Sawar, que las crónicas cristiana describen como cruel y fiero mientras que las árabes todo lo contrario, consigue vencer varias batallas a Ibn Hafsun pero acorralado por éste decide refugiarse en una vieja empalizada romana, un fortaleza casi abandonada, ubicada en la colina de la Sabika. La manda fortificar y reforzar creando, de esta manera, el germen de lo que en el futuro se convertiría en La Alhambra.
Gracias al polígrafo lojeño Ibn al Jatib sabemos que Maracena contaba con una aljama o mezquita principal, que tenía unos 200 vecinos desde el siglo XII. Sus cultivos eran mayoritariamente la vid, cuyas uvas se utilizaban para fruta, como pasas e incluso para hacer vino que luego se vendía al vecino reino de Castilla. Linos, hortalizas y cereales completaban los cultivos más tradicionales en esa época a los que hay que unir olivos y moreras para el cultivo del gusano de la seda. Su cercanía a Garnatha y a Medinat Elvira le benefició económicamente pero también supuso que por sus tierras pasaran invasiones, ejércitos y guerras. Está documentada la fecha del 23 de enero de 1126 en que el rey aragonés Alfonso I “El Batallador” pasa con su ejército cristiano por Maracena después de que decidiese no invadir Granada. En su retirada arrasó la población. También nuestro municipio fue escenario de las batallas cruentas entre almohades y almorávides en 1145. El rey de Murcia, Abú Yaffar, que vino junto a los almohades a arrebatar Granada a los almorávides, acampó junto a su ejército en Maracena. Los almorávides, que supieron de su paradero, dispersaron las tropas por la noche y mataron al rey murciano en nuestro suelo que, una vez más, se convierte en centro de la guerra.
Con la llegada de la dinastía nazarí la paz se instala casi definitivamente en Maracena hasta que en 1431 el rey Juan II de Castilla decide tomar Granada. La batalla tuvo lugar el 1 de julio de 1431 en tierras de Maracena, Atarfe y Pinos. El real del ejército castellano se ubicó en Maracena. La contienda, conocida como Batalla de la Higueruela, está reflejada en uno de los frescos del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. El ejército castellano, que ganó una batalla que se cobró más de 10.000 vidas entre ambos bandos, desistió de conquistar Granada ya que hubo un tremendo terremoto ese mismo día y fue tomado como un mal augurio. Cincuenta y cinco años después, en la Guerra de Granada, en una pequeña razia entre castellanos y granadinos en término municipal de Maracena, es sorprendido por varios caballeros musulmanes el caballero de la Orden de Santiago Don Martín Vázquez de Arce, más conocido como el Doncel de Sigüenza, el cual fue rodeado y muerto en dicho lance. El suceso tuvo lugar justo en el tomadero de la Acequia Gorda, así lo constatan las crónicas de la época, en término de Maracena y pegado al de Atarfe.
EDAD MODERNA Y ÉPOCA CRISTIANA
Ya durante la dominación castellana empiezan a llegar los primeros cristianos aunque la población dominante seguía siendo morisca. En 1535 se edifica la iglesia parroquial en un inconfundible estilo mudéjar y presumiblemente sobre la mezquita anterior. Durante el levantamiento de éstos en la Alpujarra hay atestiguados incidentes en Maracena por lo que algunos de sus habitantes, de origen musulmán, tuvieron que refugiarse en casas de familiares en el Albaicín. Sofocada la revuelta, los moriscos de Maracena, como los del resto del Reino de Granada, son expulsados de sus tierras y son sustituidos por “cristianos viejos” que en el caso de Maracena provenían en su mayoría de la localidad cordobesa de Bujalance. Es así como llegan las familias Zurita, Rojas, Morales, López – Cantarero, Blanca, Barranco, que aun hoy en día siguen en nuestra ciudad. Estas familias habían llegado con anterioridad a Bujalance en 1236 como repobladores procedentes de Soria e integrantes de uno de los “Doce Linajes” de esta ciudad castellana. El primer alcalde cristiano de Maracena fue Hernando de Morales de Bujalance que era caballero hidalgo en la localidad cordobesa pero que no gozó de ese privilegio en Maracena. El cambio de población no supuso, empero, un cambio en el término municipal puesto que según el Libro de Apeo de 1572 tanto los límites de Maracena como sus usos y costumbres de riego continuaron siendo los mismos que “en tiempos de los moros”. Sin embargo sí hubo cambios en los sembrados ya que empezó a predominar el cultivo del lino tanto para aceite de linaza como, sobre todo, para tejidos. Esta industria se mantuvo en Maracena hasta que los barcos que hacían las Américas dejaron de usar este material para sus velas o hasta que se perdieron las colonias. Tan importante fue esta industria en Maracena que a finales del siglo XVIII la Real Sociedad Económica de Amigos del País instauró una escuela para que las niñas aprendieran a tejer el lino. En este período, entre los siglos XVI y XVIII, llegan a Maracena algunos aristócratas. El más destacado de ellos Martín Jofré de Loaisa que arriba a Maracena en 1572 junto a los primeros repobladores cristianos. Los Loaisa se convierten en Condes del Arco y Guaro y durante un par de siglos viven en la Casería de su nombre. También vivieron en las fincas y caseríos diseminados por Maracena los Condes de Noroña o incluso Pedro Pascasio de Baños que fue un caballero Veinticuatro muy destacado de Granada.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
Ya en el siglo XIX, junto con la industria vitivinícola, presente desde tiempos romanos, surge gracias a dos familias, los Rojas y los Martínez -posteriormene Martínez-Cañavate-, la industria de las chacinas y que estuvo presente un siglo en nuestra ciudad. Durante un tiempo llegó a haber hasta cinco factorías, de diversa importancia, en Maracena ya que a estas dos familias se sumaron los Ballesteros y, en menor medida, el Grillo y La Cueva ya en los albores del siglo XX. La crisis de la filoxera llevó a la ruina el cultivo de la vid y fue sustituido por la remolacha gracias a que el suelo de esta parte de la vega era idóneo para el cultivo de este tubérculo. Eso generó la proliferación de ingenios azucareros como la Fábrica de San Isidro, entre muchas otras, que empleó a muchos maraceneros. También se crearon núcleos residenciales como Bobadilla o El Cerrillo tan ligados a Maracena. Fue el siglo XIX el de las grandes epidemias en Maracena ya que hay atestiguadas tres de cólera, una de sarampión y otra de difteria. Especialmente cruentas fueron las de cólera de 1834, que provocó la construcción del actual cementerio, y la de 1855. También fue especialmente dura por haber afectado a los niños de la localidad la de difteria de 1886 y que narró en su tesis doctoral el médico de esos tiempos en Maracena, Fernando Morell y Terry. Pero poco antes de la Guerra Civil toda esta industria se vendría abajo. Primero las fábricas de azúcar el Estado las manda a Zaragoza y Sevilla con lo que el cultivo de la remolacha desaparece para siempre de nuestra vega y con él muchas familias de Maracena que emigran a La Rinconada (Sevilla). Y ya durante la contienda civil las industrias de chacinas desaparecen. Primero los Rojas, luego los Martínez-Cañavate y por último los Ballesteros que se dedican a la industria de jabones y productos farmacéuticos para finalmente desaparecer. Con la post guerra sobreviene un período de carestía que, sin embargo, forja el carácter de los maraceneros de gente con sorna y buen humor. Ya en los tiempos más recientes, sobre todo a finales de los años 60 y comienzos de los 70 del siglo XX, comienzan a llegar familias procedentes del poniente granadino atraídos por la capital y las posibilidades laborales que se les negaban en su comarca. La población experimenta un fuerte incremento que no ha cesado hasta nuestros días. En la actualidad Maracena es una ciudad con un pequeño sector industrial centrado en su Polígono de La Paz y, sobre todo, con numerosos servicios que dan cobertura a los 23.000 habitantes que tiene hoy día.
Vegas del genil
Maracena está situada en la comarca de las Vegas del Genil, subcomarca de las Vegas Altas, uno de los más prósperos entre los 39 municipios que integran dicha subcomarca.
Limos y arcillas terciarios con glacis de erosión y un riego muy estudiado han sido determinantes de su riqueza agrícola tradicional, a pesar de su reducido total pluviométrico. Sus núcleos de pequeñas dimensiones y los diseminados cortijos y caseríos han determinado un hábitat de tipo intercalar.
En el siguiente mapa puede ver los barrios de Maracena:
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Consulte más información (territorio, población, sociedad, economía, agricultura, transportes etc ) en el Instituto Andaluz de Estadística en el siguiente enlace IAE
El Instituto Andaluz de Estadística (IAE), recoge, de forma actualizada todos estos datos, es por ello que instamos a visitar su web pinchando aquí
Viernes de Dolores
El Viernes de Dolores que se celebra en honor a la patrona de Maracena, la Virgen de los Dolores. Es el viernes previo a la Semana Santa.
Romería de la Virgen de la Ermita
El último domingo del mes de mayo se celebra la Romería de la Virgen de la Ermita cuya advocación se remonta al siglo XVIII ya que fue en esa época que se construyó la ermita consagrada a la Virgen del Rosario que aun hoy día se conserva en el antiguo Camino de Albolote, hoy Avenida Blas de Otero. En Maracena ha habido tradicionalmente mucha devoción a esta figura mariana ya que uno de los grandes hacendados de la localidad en dicha época, Pedro Pascasio de Baños y Ortega, era un gran devoto de dicha figura y la trajo a Maracena.
San Antón
Tradicionalmente se ha celebrado el día de San Antón ya que Maracena ha tenido una gran tradición chacinera llegando a albergar hasta cinco fábricas de embutidos a la vez durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. La granadina Olla de San Antón tiene sus orígenes en nuestra localidad a comienzos del siglo XIX como consecuencia de los excedentes de partes del cerdo como orejas, manos, etc… que eran ofrecidas a la población por las familias fundadoras de las fábricas de los Martínez-Cañavate, los Rojas o los Ballesteros. Esta casquería se guisaba junto a habas secas de la vega maracenera, arroz y berzas propias de la zona.
San Joaquín
Las Fiestas en Honor a San Joaquín que aunque celebra onomástica en julio en Maracena se traslada al 16 de agosto ya que era la fecha en la que en tiempos pasados se celebraba dicha festividad. San Joaquín, patrón de Maracena, es el protagonista de una de las ferias más afamadas de la Provincia de Granada.
Otras
Maracena también ha tenido una importante tradición gastronómica debido a su privilegiado enclave en la Vega de Granada. La fertilidad de su tierra, la existencia de industria porcina y las épocas de desabastecimiento hicieron que sus mujeres, las que tradicionalmente han asumido el rol de cocinar en las casas, agudizaran su ingenio creando platos únicos en su momento en Maracena y que en la actualidad se han popularizado en otros sitios. Aquí tenemos algunos de esos platos: Olla de San Antón, Puchero de peras de San Juan, Patatas a la Importancia, Habas Fritas con Jamón, Papas a la Bicicleta, Panojas de Boquerones en Sopa, Manos en Ajopollo, Morcilla de Lustre, Gachas de Mosto, entre otras muchas creaciones culinarias.
Otras tradiciones que ya han desaparecido pero que durante siglos se han mantenido en Maracena, como en otros pueblos de la Vega de Granada, han sido las celebraciones de los Quintos, el Domingo de Ramos, el Día de la Candelaria, etc…
CALLEJERO HISTÓRICO
Las calles de nuestro municipio encierran, como toda la ciudad, una historia que corre el riesgo de perderse. Desde el ayuntamiento hemos pensado que os gustaría saber cuál es el origen de las calles más emblemáticas de Maracena. Qué distintos nombres tuvieron en tiempos pasados y el porqué de dicha nomenclatura. Así cómo cuáles son los hechos más significativos que tuvieron lugar en algunas de ellas.
Os invitamos a que realicéis un recorrido por nuestras calles a través de esta página.