El primer documento del que tenemos constancia que nombra esta calle es el Libro de Apeo y Repartimientos de 1572 que la nombra como “Calle Real que baja a la iglesia”. En ese mismo documento, se señala que existe un horno perteneciente a una congregación religiosa masculina, en el solar que hoy ocupa la Jefatura de Policía. Posteriormente, en 1752, en el Libro de Respuestas Generales o Catastro de Ensenada, ya es denominada como “Calle del Horno”, denominación que le viene, seguramente, por estar ubicado ahí el único que había en Maracena y que era de titularidad pública puesto que el resto eran privados. A mediados del siglo XVIII dicho horno pertenecía al Duque de Baños, Pedro Pascasio de Baños y Ortega, que era propietario en Maracena de seis tabernas y numerosas casas. El horno era de utilidad pública bajo una nimia cantidad de dinero. Tenía que estar encendido casi todo el día para que quienes no podían permitirse comprar el pan pudieran hacer el suyo a cualquier hora. Desde entonces esta calle se llama así.
Imagen de la Calle Horno a finales de los ochenta del siglo pasado en la que se aprecia la entrada del Encerradero de los Rojas con sus reconocibles “marranillos”